El público exige
El público de Independiente estaba convencido de que su team predilecto ganaría. Por eso, la victoria no lo emocionó ni le interesó que mantuviesen el arco incólume. Los parciales querían algo más. Querían y pedían goles. Pero ¿para qué arriesgarse en acciones briosas inútiles, si ahora en fútbol saber conservar los huesos sin machucones constituye una ventaja para la próxima? Sin embargo, los hinchas no se conformaban. En la ventaja de dos tantos, no veían la diferencia exacta entre el valor de un team que quiere ganar el campeonato y otro que hace esfuerzos desesperados para salvarse del descenso. Pero los números puestos al comienzo del partido no fueron arriados para reemplazarlos. Y, naturalmente, todo siguió como al principio. Frío y sin que se crearan situaciones de emoción.
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